Tarta de mus de piña


Bueno, al fin puedo programar mis vacaciones.

Hoy he podido hablar con la supervisora de la planta a la que me trasladaré antes del verano y llegamos al acuerdo de cerrar mis vacaciones para el mes de octubre. ¿Te parece tarde?

Para mi es estupendo. Viviendo donde yo vivo, en Canarias, es uno de los mejores meses. Se disfruta aún de un tiempo estupendo, hay muchas menos aglomeraciones de personas en los lugares de vacaciones y los precios son aún más bajos.

Si, es cierto, voy a tener que esperar un poco (bastante) para que me llegue el descanso, pero lo prefiero.

Me encanta estar rodeada de gente, si, porque me gusta relacionarme, pero no soporto tener que levantarme al alba para poner la toalla en la hamaca si quiero reservar un sitio para coger sol, después de haber pagado un pastón por unos días de descanso.

Como dice un anuncio algo cutre de la tele "octubre va a ser me-mo-ra-ble". Esta noche mi viaje por la web será para ir sondeando sitios a los que ir. ¡Qué ganas!

Y pensando en el verano, el descanso, la playita, el sol y los menús refrescantes me viene a la mente esta tarta.

Facilísima, rápida y muy buena, sobre todo si eres una fan de la piña tropical, como yo.

Ingredientes que necesitaremos:
200 grs. de galletas tostadas
80 grs. de mantequilla sin sal
500 ml. de nata para  montar
1 sobre de gelatina de piña
1 bote de mermelada de piña
1 lata de piña en su jugo

Para el acabado:
1 sobre de gelatina de piña
100 ml. de zumo de piña o agua

Preparamos el molde que vayamos a usar. Es recomendable utilizar uno desmoldable, cubriendo la base con papel de horno.

Trituramos las galletas y las ponemos en un bol. Derretimos la mantequilla y se lo añadimos mezclándolo bien.


Extendemos esta mezcla en la base del molde y refrigeramos para que solidifique.

Escurrimos las rodajas de piña y reservamos.

En una taza calentamos, en el microondas, el jugo de la piña hasta que hierva y disolvemos en él el sobre de gelatina, dejando que entibie.


Mientras montamos la nata bien firme y cuando la gelatina esté tibia la vamos añadiendo a la nata, poco a poco, y sin dejar de batir. Si vemos que la gelatina ha enfriado demasiado y a empezado a solidificar podemos disolverla nuevamente dándole un golpe de calor en el microondas.

Volcamos la mezcla sobre la base de galletas, alisando la superficie y llevamos nuevamente al frigorífico para que cuaje.

Si la nata estaba bien fría al batirla tardará mucho menos en montar y en solidificar la gelatina.

Cuando veamos que está firme sacamos de la nevera y cubrimos con la mermelada. Esta es la que yo suelo usar porque es mucho menos dulce y está riquísima.


 Adornamos con la piña que habíamos reservado. Esta vez le añadí unos trocitos de fresa para intentar simular unas mariposas 


Para el acabado calentaremos el agua o jugo extra como lo hicimos anteriormente y diluimos el otro sobre de gelatina, dejando que enfríe un poco antes de verterlo sobre la tarta.


Llevamos nuevamente al frigorífico y dejamos enfriar un par de horas o hasta que veamos que la gelatina que la cubre ha cuajado.

Es así de sencilla, sin necesidad de horno y muy refrescante.


¿Un trocito?






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