Corona de orejones y naranja



Pero bueno, ¿qué forma de llevar un blog es esta? ¡Desde el día cinco sin una nueva publicación! Me merezco una reprimenda. Hay que espabilar, así que, tras pedir disculpas y como castigo hoy voy a poner dos recetas en vez de una y voy a comprometerme a publicar, como mínimo, una entrada cada semana.

La primera será una estupenda corona de orejones, o lo que es lo mismo, de albaricoques secos. A mi me gustan mucho, sobre todo porque tienen un toque ácido a pesar de su gusto dulzón, pero he de reconocer que a mi estómago no le gustan tanto y se me queja cuando me paso con ellos.

Pues bueno, comiéndomelos así, ni una sola protesta. 

Es un bizcocho delicioso, con una textura increible, y . . . ¡tan fácil de preparar!

Esta es mi versión de una receta que ví en un libro de pasteles de Anne Wilson. Para mí, la mejor colección de recetas, tanto de dulce como de salado. Todo lo que haces sale bien y las recetas son muy sencillas. Recomendable cien por cien.
 
Para hacer este bizcocho vamos a necesitar:

3/4 de taza de orejones cortados en trocitos (la medida de mi taza es de 250 ml.)
125 grs. de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
3/4 tazas de azúcar 
2 huevos medianos
1 y 1/2 taza de harina simple de trigo
1/3 de taza de leche
2 cucharaditas de levadura en polvo
El zumo y la ralladura de una naranja.

Lo primero que vamos a hacer, como siempre, poner a precalentar el horno a 180º y preparar el molde que vayamos a usar. Yo lo hice en uno de silicona, pero si el que tú vas a usar es metálico habrá que untarlo previamente con aceite o mantequilla y espolvorearlo de harina para evitar que se pegue.

Ponemos en un caldero los orejones cortados en trozos pequeños y los cubrimos con agua. Los ponemos al fuego hasta que hiervan y los dejamos en remojo en ese agua durante unos 20 minutos (es para rehidratarlos).

Mientras, preparamos la masa.

Ponemos todos demás ingredientes en un bol y los batimos (yo lo hago con la batidora de varillas eléctrica).

Escurrimos los orejones y se los añadimos a la masa mezclándolos bien.

Volcamos la mezcla en el molde que hemos preparados y horneamos durante unos 45 minutos aproximadamente, a 180º de temperatura (hay que recordar que cada horno es diferente y puede que tarde un poco más o un poco menos. Mejor comprobar a partir de los 40 minutos pinchando en el centro).

Dejar entibiar antes de desmoldarlo y luego dejar que se enfríe del todo.

Este es el aspecto que tiene recien salido del molde.





Sólo así ya esta delicioso, pero a mi me apeteció cubrirlo con un glaseado de naranja preparado con una taza de azúcar glas tamizada y mezclada con el zumo de media naranja (unas tres cucharadas aproximadamente), que le da un aspecto más brillante.

Se aprecia la diferencia ¿no creen?





O también podemos, simplemente, espolvorearlo de azúcar glas.

Bueno, espero que con esto ya me hayan perdonado la tardanza y me voy a escribir la otra entrada.

¡Que aprovechen!



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