Hoy te traigo una receta que he probado en estos días y que me ha encantado.
En época de Semana Santa es muy típico en algunas regiones preparar buñuelos.
Estos no son exactamente como los tradicionales pero te aseguro que son casi igual de buenos.
Se prepara en un plis plas, con poquísimos ingredientes y queda estupenda para resolver un desayuno o una merienda.
¿A que tienen buena pinta?
En cuanto la hagas en casa una vez te van a pedir que la repitas, y la repitas, y la repitas.
Estos son los ingredientes para preparar unas 24 unidades:
2 yogures griegos azucarados o edulcorados
250 grs. de harina
1 cucharadita de levadura en polvo
Aceite para freir
¿Y ya está? Te estarás preguntado.
Pues sí, es tan simple como esto
En un bol volcamos los yogures y le añadimos de varias veces la harina y la levadura en polvo.
¿Qué no tienes yogurt griego? Pues le añades dos cucharaditas de nada por cada yogurt y listo.
Mezclamos hasta formar una masa blandita (añadiremos un poco más de harina si vemos que se nos queda pegada en las manos) y la volcamos en la mesa.
También puedes añadirle 2 cucharadas rasas de azúcar si los prefieres más dulces y ralladura de naranja o limón para darle un toque de sabor, pero no es imprescindible.
Amasamos un poco para que terminen de integrarse todos los ingredientes.
Formamos bolitas del tamaño de una nuez grande.
En una sartén calentamos a fuego medio-alto aceite suficiente para freír los buñuelos. Yo suelo añadirle un trozo de cáscara de naranja para eliminar el sabor a crudo.
Freímos las bolitas dándole la vuelta para que se doren por ambos lados. Vigílalas porque se hacen en poquísimo tiempo.
Cuando estén las retiramos y colocamos sobre una bandeja cubiertas con papel absorbente para eliminar aceite sobrante.
El toque final se lo puedes dar espolvoreándolos con un poco de azúcar glas, o canela, o ambas cosas, cuestión de gustos.
También puedes hacerlo en forma de bastón. Como prefieras
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