Torrijas enrolladas con crema pastelera

La receta que te traigo hoy se va a quedar fichada como una de mis favoritas, porque unir el sabor de las torrijas, que me encantan, con la crema pastelera, que es una de mis debilidades, me parece un matrimonio más que perfecto.


En esta época del año, aparte de las referencias religiosas por ser Semana Santa y los pasos con las imágenes acompañadas por multitud de creyentes, las redes se llenan de fotos y recetas de dulces típicos.


La receta más compartida y versionada estos días ha sido la de las torrijas, tradicionales, con chocolate, con licores, de autor... Muchísimas versiones.


Esta me llamó especialmente la atención y me decidí a probarla. ¡Qué te puedo contar! ¡De vicio!


No me digas que no se te apetece darle un bocado sólo con verla.


Pues para que no te quedes con las ganas ahí va la receta, que además de ser sencilla es bastante rápida y tendrás la merienda solucionada en un santiamén.


Ingredientes:

Para la crema pastelera:

1/2 litro de leche

2 yemas de huevo

6 cucharadas de azúcar

40 grs. de harina de maíz (Maicena)

1 cucharada de esencia de vainilla

Para las torrijas:

Pan de molde sin corteza

1/2 litro de leche

100 grs. de azúcar

Canela en rama

Cáscara de limón (sin la parte blanca)

1 cucharadita de vainilla (opcional)

2 huevos

Aceite para freír

Comenzaremos con la crema pastelera. Yo me he habituado a hacerla en el microondas pero puedes prepararla de manera tradicional en un cazo a fuego suave.


Para hacerlo como yo pondremos todos los ingredientes en un recipiente apto para microondas y batimos bien con la batidora de cuchillas hasta que esté todo mezclado.


Cubrimos el recipiente con papel film y llevamos a máxima potencia de 3 a 5 minutos (depende de la potencia de tu electrodoméstico).


Sacamos del horno y volvemos a batir. Verás como ya va cogiendo cuerpo. Llevamos nuevamente a máxima potencia unos 2 ó 3 minutos más, hasta que veas que ha espesado.


Sacamos y cubrimos "a piel" con film transparente para evitar que forme una costra y dejamos que vaya enfriando.


Si la haces de manera tradicional, bates todos los ingredientes y lo vuelcas en un cazo a fuego medio, revolviendo de vez en cuando. Cuando veas que empieza a espesar revuelve de manera continua para evitar que se te peque hasta que esté lista. Retiras del fuego y pones a enfriar cubierta con papel film "a piel".


Mientras, en un cazo, pondremos a calentar la leche de las torrijas con el azúcar, la canela en rama, la cáscara de limón y la vainilla.


Cuando empiece a hervir retiramos y dejamos infusionar durante unos 10 ó 15 minutos.


Mientras vamos cogiendo rebanadas de pan de molde y estirándolas con un rodillo levemente. Ponemos unas cuantas cucharadas de crema pastelera en el centro, enrollamos y colocamos en una fuente con bastante fondo. Procuraremos dejar las uniones hacia abajo.


Retiramos la canela y el limón de la leche que habíamos hervido y la volcamos sobre nuestras torrijas rellenas para que la absorban y dejamos reposar unos minutos.


Batimos los huevos en un plato y ponemos a calentar el aceite a temperatura media-alta. Yo suelo añadirle una cáscara de naranja o de limón para matarle el sabor de aceite crudo, pero no es imprescindible.


Con cuidado iremos cogiendo las torrijas una a una, las bañamos en el huevo e inmediatamente las freímos. 


Cuando estén doraditas por ambos lados (no tarda mucho) las escurrimos y ponemos sobre una bandeja cubierta con papel absorbente para que expulsen el aceite sobrante.


Puedes espolvorearlas con  una mezcla de canela y azúcar o echarles un chorrito de miel, lo que más te guste.

¡Y ya están listas!


Puedes comértelas tibiecitas (así lo hago yo con la receta tradicional de torrijas) o llevarlas a la nevera y esperar que enfríen. En este caso creo que es lo mejor, porque la crema pastelera se termina de compactar y, a mí particularmente, fresquita me gusta más.

¡Feliz Semana Santa!




Comentarios