Bundt cake especiado de zanahoria y nueces



De un día para otro, y como va siendo habitual en los últimos años, ha aparecido el otoño.

Es mi estación del año favorita, ni tanto frío ni tanto calor. Tiene algo de melancólico y a mi me invita a reflexionar. Sobre todo en esas tardes en las que aparece la lluvia, esa lluvia suave que cambia el olor de la tierra y va mojando las ventanas gota a gota.

Pensando en ello me viene al presente un poema de Mario Benedetti que dice así:

Aprovechemos el otoño
antes de que el invierno nos escombre.
Entremos a codazos en la franja del sol
y admiremos a los pájaros que emigran.

Ahora que calienta el corazón, 
aunque sea de a ratos y de a poco,
pensemos y sintamos todavía 
con el viejo cariño que nos queda.

Aprovechemos el otoño
antes de que el futuro se congele
y no haya sitio para la belleza
porque el futuro se nos vuelve escarcha.

Lo dicho, aprovechemos, que la vida no para.

El otoño también nos trae otros aromas en la cocina. Apetecen menos los postres fríos y volvemos a hacer uso de esas deliciosas especias como son la canela, el clavo, el jengibre... y sobre todo volvemos a tener el horno encendido día si y día no.

La receta que te traigo hoy es del libro de Bea Roque "El Rincón de Bea", con algunas pequeñas variantes. Ya lo he dicho muchas veces, es una de mis blogueras favoritas, y sus recetas son infalibles.


Estos son sus ingredientes:

175 ml. de aceite de girasol (ella usa de oliva suave)
3 huevos L
100 grs. de azúcar moreno
250 grs. de harina simple de trigo
1 y 1/2 cucharadita de bicarbonato
1 y 1/2 cucharadita de levadura en polvo
2 cucharaditas de canela molida
1 cucharadita de jengibre molido
1/2 cucharadita de nuez moscada molida 
300 grs. de zanahoria rallada
90 grs. de nueces troceadas

Para el glaseado:

1 taza de azúcar glas
Dos o tres cucharadas de agua (puede que alguna más dependiendo del azúcar)
Una o dos gotitas de aroma de nueces

Preparamos el molde que vayamos a utilizar untándolo con aceite y espolvoreando con harina. Si es de silicona yo sólo lo engraso.

Encedemos el horno para que vaya calentando a 175º.

En un bol ponemos el azúcar, los huevos y el aceite y batimos bien hasta que la mezcla esté espumosa.

Tamizamos juntas la harina, el bicarbonato, la levadura y las especies y se lo añadimos a la mezcla anterior procurando no batir demasiado. Sólo lo justo para que se integren.

Incorporamos la zanahoria rallada removiendo con una cuchara de madera, y por último las nueces troceadas.

Volcamos en el molde que habíamos preparado y lo llevamos al horno aproximadamente unos 50 minutos. Ya sabes que el tiempo varía de unos hornos a otros. Comprueba que está hecho pinchándolo lo más al centro posible con una brocheta de madera. Recuerda no abrir el horno hasta que no hayan pasado al menos 40 minutos. Estará listo cuando la brocheta salga totalmente limpia.

Sacamos del horno y dejamos que entibie antes de desmoldarlo para evitar que se nos rompa.


Volcamos sobre una rejilla y dejamos enfriar.


Preparamos el glaseado poniendo el azúcar glas en un bol y añadiendo agua cucharada a cucharada hasta que tenga la consistencia adecuada, ni demasiado líquida ni muy espesa. Yo pongo unas dos cucharadas de agua y luego añado cucharadita a cucharadita. 

Le añadimos unas gotitas de aroma de nueces y regamos el bundt con él.

Dejamos que solidifique y estará listo para degustar.


Yo me lo llevé al trabajo y comió incluso alguna persono a la que no le suele gustar la tarta de zanahorias. Esto quedó tras el desayuno.


¡Delicioso! 






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