Tarta de polvito uruguayo

Esta es una de mis tartas favoritas y no es por su nombre, que hace referencia a mi país de nacimiento sino porque soy fan incondicional del dulce de leche. ¡Cómo me gusta!

Las veces que la he preparado ha sido para alguna reunión con amigos y te aseguro que es un triunfo seguro.

El polvito uruguayo, aunque por su nombre creas que es de origen sudamericano, realmente nació en Gran Canaria, en un famoso restaurante de la ciudad, "El Novillo Precoz". 

Los dueños pidieron a su madre que preparara un postre y como no recordaba bien la receta mezcló algunos ingredientes de la misma y añadió suspiros de Moya. No pudo salirle mejor, ya que, según cuentan, muchas personas al reservar la mesa también reservaban el postre para no quedarse sin él.

Esta es una versión para tarta, diferente pero igualmente deliciosa.


¡Vamos allá con los ingredientes!

Para la base de bizcocho:
75 grs. de azúcar
75 grs. de harita simple de trigo
1 cucharadita de levadura en polvo
3 huevos M
Ralladura de 1 limón

Para la mus:
500 ml. nata para montar 35% materia grasa
900 grs. de dulce de leche (2 botes)
200 grs .de galletas tipo María
60 ml. de leche
6 hojas de gelatina
1 y 1/2 paquetes de suspiros de Moya (o merenguitos) Aproximadamente 150 grs.

Empezaremos preparando el bizcocho.

Ponemos a precalentar nuestro horno a 180º y preparamos el molde que vayamos a utilizar engrasándolo y espolvoreándolo con harina.

Ponemos en un cuenco, a baño María, los huevos y el azúcar y los batiremos hasta que veamos que han triplicado el volumen. Retiramos y dejamos enfriar.

Tamizamos la harina con la levadura y las incorporamos a los huevos poco a poco junto a la ralladura de limón, sin batir y con movimientos envolventes para evitar que se nos baje la mezcla anterior.

Vertemos en el molde y horneamos a 180º durante aproximadamente durante unos 15 ó 20 minutos.

Puedes hacerlo también en microondas si te apetece, en ese caso el tiempo sería de 4 minutos a máxima potencia y en molde apto para ello.

Cuando esté listo retiramos del horno y dejamos enfriar antes de desmoldarlo.

Para continuar con la tarta debemos utilizar un molde desmoldable. Lo prepararemos cubriendo el fondo con papel vegetal y las paredes con acetato.

Colocaremos nuestra base de bizcocho en el fondo y preparamos la mus.

Pondremos a hidratar la gelatina en agua fría mientras calentamos la leche. Cuando esté empezando a hervir la retiramos y añadimos la gelatina escurrida batiendo para que se disuelva bien. 

En un bol vertemos el dulce de leche y le añadimos la leche mezclando bien y dejamos enfriar.

Molemos las galletas no demasiado finas, para crear textura. Puedes hacerlo metiéndolas en una bolsa de plástico hermética y pasándoles el rodillo.

Molemos también los suspiros, reservando algunos para la decoración final. Esto puedes hacerlo incluso con la mano para que queden pequeños trocitos.

Mezclamos los suspiros y las galletas y reservamos.

Montamos la nata, añadimos un poco al dulce de leche y mezclamos, incorporando el resto de la nata poco a poco hasta obtener una mus homogénea.

Vertemos la mitad de la mus sobre la base de bizcocho, Puedes hacerlo con una cuchara o usando una manga pastelera. Igualamos la superficie.

Echamos la mitad de la mezcla de galletas y suspiros y ponemos una segunda capa de mus.

Ponemos los suspiros que habíamos reservado para decoración (si los pones después no se te van a quedar fijados) y acabamos cubriendo la mus con el resto de mezcla de galletas.


Refrigeramos la tarta al menos unas cuatro horas antes de partirla. Lo ideal es hacerla de un día para el otro.

¡Y a disfrutar!









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